Ciudad de México, México – Un poderoso sistema de tormentas, capaz de desencadenar granizo, viento y tornados, se desplaza a través de partes del valle del Mississippi y el Medio Oeste este martes, después de activar alertas de tornado en las llanuras durante la noche. Según el Centro de Predicción de Tormentas, la amenaza más significativa de granizo y tornados se concentra en el sur de Iowa, norte de Missouri y centro-oeste de Illinois, incluyendo ciudades como Des Moines, Iowa, y Columbia, Missouri.
Las alertas de tornado, que estuvieron activas hasta la madrugada del martes en partes de Kansas, Nebraska, Oklahoma y Texas, sugieren que algunas tormentas podrían seguir siendo fuertes a medida que avanzan hacia el Medio Oeste durante la tarde. Además, existe un riesgo leve de tormentas severas en una zona que se extiende desde el sureste de Oklahoma y Arkansas hasta el suroeste de Wisconsin y el resto de Illinois.
Más allá de las tormentas, el sistema está contribuyendo a un riesgo elevado de incendios en el suroeste de EE.UU., con advertencias de bandera roja extendiéndose desde Nuevo México y el oeste de Texas hasta partes de Colorado y Nebraska. Las condiciones de viento fuerte, baja humedad y vegetación seca aumentan la posibilidad de que los incendios se propaguen rápidamente, lo que ha llevado al Servicio Meteorológico Nacional a instar a la población a tomar medidas preventivas para evitar la ignición de fuegos.
Este miércoles, se espera que las tormentas se muevan más hacia el este, llevando tormentas dispersas y amenazas similares de tiempo severo a la parte baja y central del valle del Ohio y la parte superior del sur hasta la noche. Fort Wayne, Indiana, y Milwaukee ya han experimentado un exceso de lluvia este mes, y más precipitaciones podrían provocar desbordamientos de ríos y arroyos, aumentando el riesgo de inundaciones repentinas.
Esta serie de eventos climáticos extremos subraya la creciente volatilidad del clima en diversas partes de Estados Unidos, exacerbada por el cambio climático global. Las comunidades afectadas se enfrentan a la doble amenaza de fenómenos meteorológicos destructivos y el potencial de incendios forestales, lo que requiere una vigilancia y preparación continua.