La ciudad de Ámsterdam, en un intento decisivo por controlar el turismo masivo que asedia sus calles y canales, ha anunciado una nueva medida radical: la prohibición de la construcción de nuevos hoteles. Esta política, anunciada el 17 de abril, busca preservar la calidad de vida de sus residentes y limitar las pernoctaciones turísticas a 20 millones anuales en hoteles.
Bajo las nuevas regulaciones, la apertura de un nuevo hotel solo será posible si otro cierra y no aumenta el número de camas disponibles, además de que el nuevo establecimiento deberá demostrar mejoras significativas, como una mayor sostenibilidad. Esta medida no afectará a los proyectos hoteleros que ya cuenten con permisos aprobados.
Esta no es la primera acción que toma Ámsterdam para combatir el exceso de visitantes. En años recientes, la ciudad ha implementado varias restricciones, como la prohibición de los cruceros y el cierre de su terminal de cruceros, además de medidas para limitar el turismo de drogas y sexo, incluyendo la prohibición del consumo de marihuana en las calles del barrio rojo y el fin de los tours guiados por las zonas de trabajadoras sexuales.
Con estas acciones, Ámsterdam se esfuerza por alcanzar un equilibrio que permita disfrutar de la ciudad tanto a locales como a turistas, sin sacrificar la serenidad y el encanto que la caracterizan. La ordenanza “Turismo de Ámsterdam en equilibrio” del 2021 establece claramente la obligación del ayuntamiento de intervenir cuando el turismo amenace con sobrepasar los 18 millones de visitantes anuales, subrayando el compromiso de la ciudad con un turismo responsable y sostenible.