En el corazón de Yucatán, la organización Bacab se erige como un baluarte en la protección de los cenotes, esos espejos de agua que no solo representan la única fuente de agua dulce del estado sino que también encierran un profundo significado cultural y religioso para la comunidad. Con aproximadamente 8,000 cenotes en la región, la labor de Bacab es crucial para preservar estos tesoros naturales de la contaminación exacerbada por el turismo y prácticas locales perjudiciales.
Desde hace más de siete años, Bacab ha estado al frente de la educación ambiental, trabajando en 17 comunidades dentro de la Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de Cenotes, una zona vital para la recarga de agua en Yucatán. A través de capacitaciones a niños, jóvenes y adultos, Bacab equipa a las comunidades con laboratorios portátiles para que realicen sus propios monitoreos de calidad del agua, fomentando una participación activa y consciente en la conservación de estos espacios.
El compromiso de Bacab no se limita a la medición de la calidad del agua; también se extiende a jornadas de limpieza que, en 2021, resultaron en la recolección de más de cinco toneladas de basura de 24 cenotes. Estas actividades son fundamentales no solo para mantener la salud de los cenotes sino también para sensibilizar a la población sobre la importancia de estos ecosistemas.
Yamili Salazar, directora general de Bacab, destaca que el proyecto es más que una organización; es una “familia de guardianes, de protectores del agua”, una comunidad comprometida con un estilo de vida que aboga diariamente por la protección y el respeto al entorno natural. Con más de 150 voluntarios activos, Bacab demuestra que, aunque los seres humanos somos a menudo la causa de problemas ambientales, también tenemos el poder y la responsabilidad de ser solucionadores.