La próxima temporada de huracanes del Atlántico está configurándose para ser históricamente activa, según las proyecciones de la Universidad Estatal de Colorado. El pronóstico preliminar revela una expectativa de 23 tormentas con nombre, incluyendo 11 huracanes, de los cuales cinco podrían alcanzar la categoría de “importantes” (categoría 3 o superior). Este nivel de actividad marca un aumento significativo respecto a la media histórica y plantea serias implicaciones para la seguridad en las regiones afectadas.
Phil Klotzbach, el pronosticador principal, destacó que este es el pronóstico de pretemporada más activo que la universidad ha emitido desde que comenzaron estas predicciones en 1995. La notable elevación en la actividad esperada se atribuye en parte al fenómeno de El Niño, que ha exacerbado las condiciones climáticas globales, y se anticipa que el inminente fenómeno de La Niña contribuirá aún más a un ambiente propicio para huracanes en el Atlántico.
Este pronóstico se basa en el aumento sostenido de las temperaturas globales y oceánicas, un efecto directo del cambio climático. Los océanos más cálidos, especialmente en las regiones donde típicamente se forman los huracanes, facilitan la intensificación de estas tormentas, proporcionando el “combustible” necesario para su desarrollo.
La amenaza de una temporada de huracanes excepcionalmente activa es un recordatorio contundente de la necesidad urgente de preparación y adaptación en las áreas propensas a estos desastres naturales. A medida que el planeta continúa calentándose, el impacto de los huracanes se prevé más severo, lo que requiere una atención meticulosa a las estrategias de mitigación y respuesta a desastres para proteger vidas y propiedades.