La llama de los Juegos Olímpicos de París 2024 se encendió en Olimpia, Grecia, marcando el inicio de su viaje hacia la capital francesa. Este ritual, cargado de historia y simbolismo, tuvo lugar en el mismo sitio donde se celebraron los primeros Juegos en el año 776 a.C., y fue presenciado por dignatarios y aficionados.
La ceremonia, una representación vívida de las tradiciones de la antigua Grecia, contó con actrices como sacerdotisas que invocaron al dios Apolo para encender la llama con un espejo parabólico. Este momento no solo evoca el espíritu de los Juegos antiguos, sino que también conecta con la audiencia moderna a través de su profundo arraigo cultural y su llamado a la excelencia y la unidad.
La llama ahora emprenderá un relevo de más de 10,000 portadores a través de kilómetros de historia y geografía, culminando en una ceremonia de apertura espectacular en París, a lo largo del río Sena. Este recorrido simboliza no solo una celebración deportiva, sino también una promesa de paz y cooperación global, reflejando el objetivo perdurable de la Tregua Olímpica.