En una respuesta sin precedentes, la noche del lunes culminó con el arresto de 133 personas en una manifestación estudiantil a favor de Palestina dentro del campus de la Universidad de Nueva York (NYU). Esta medida draconiana subraya la creciente tensión en los centros educativos estadounidenses en medio del conflicto en Gaza.
El Departamento de Policía de Nueva York confirmó la liberación de todos los detenidos, aunque el ambiente en el campus continúa cargado de incertidumbre y fervor político. Este evento se inscribe dentro de un patrón de aumento en las protestas universitarias que se ha visto intensificado por la situación bélica en Medio Oriente.
Mientras tanto, en un giro hacia la adaptación y la precaución, la Universidad de Columbia ha decidido ofrecer a sus estudiantes la opción de asistir a las clases de forma remota durante los últimos días del semestre académico. Angela Olinto, rectora de la universidad, enfatizó en un comunicado que “la seguridad es nuestra máxima prioridad”, anunciando la transición a un modelo híbrido de enseñanza.
Durante las últimas semanas, las manifestaciones han sido una constante en varios campus universitarios, con NYU y Columbia al frente de estas congregaciones estudiantiles. En Columbia, incluso, se ha establecido un campamento que ha llegado a albergar a cientos de manifestantes.
Las instituciones educativas a lo largo del país se enfrentan al desafío de equilibrar la seguridad de su comunidad con el mantenimiento de la libertad de expresión, una balanza cada vez más difícil de gestionar en estos tiempos convulsos. Mientras algunas universidades han mostrado tolerancia hacia las manifestaciones, el tono está cambiando hacia una postura más rigurosa y menos permisiva ante la escalada de eventos.